Educando en Familia
Un programa que tiene como propósito brindar apoyo y acompañamiento psicológico, psicoeducativo, emocional y social a padres de familia. A su vez, busca que la experiencia educativa trascienda de la adquisición y acumulación de conocimientos a la construcción del propio conocimiento enfocado en principios, valores y herramientas reflexivas para el desarrollo personal, la autonomía, la participación ciudadana y la construcción de proyectos de vida en el marco del Buen Vivir.
Educación en Valores
La familia es donde se inicia la formación valoral, ya que es en ella donde se le transmite al menor diversas ideologías, costumbres, tradiciones y reglas pero la crisis de valores principalmente en el nivel educativo de primaria refleja altos índices de violencia, intolerancia y faltas de respeto hacia la comunidad escolar, por lo que es muy importante la intervención en el núcleo familiar pero también es importante la figura del docente para la formación de los menores y así en conjunto puedan promover los valores tanto en el hogar como en la institución educativa.
La educación de los padres conduce a sus hijos a reconocer tanto sus propios límites intelectuales como los sociales, desarrollando un juicio reflexivo para actuar a partir de la conflictiva confluencia de lo que desea y puede hacer.
Lo que está pasando actualmente con la familia es que los menores si manifiestan valores, es fácil que los modifiquen por influencias externas (medios de comunicación, compañeros de la escuela o de su comunidad o grupo de amigos) o tienen valores que no concuerdan con la convivencia de la sociedad en la cual se desarrollan. Una de las causas probables, son las consecuencias negativas del mundo actual, donde para poder llevar el sostén de la familia, regularmente trabajan tanto el padre como la madre, resultando poca convivencia con los hijos, siendo presa fácil de las influencias externas con las cuales pasan más tiempo del que conviven los padres con los hijos, estos llegan tensos, fatigados por la carga de trabajo y competitividad que impera en el mundo laboral actual donde si no eres eficiente puedes perder el trabajo.
La familia es fundamental en el desarrollo del menor, una de las situaciones que se presentan con más frecuencia hoy en día, es que el padre cuando tiene tiempo acude a la escuela y no pregunta que hizo mi hijo, si no que le hicieron a mi hijo; quiere decir que el padre tiene poca comunicación con el maestro y cree lo que el hijo le dice respecto a un mal comportamiento o una mala calificación, que claro en la mayoría de los casos se sitúa como víctima. Una gran labor de la familia y la escuela es inculcar y reforzar valores para que el niño los interiorice realmente y pueda tener fortalezas ante situaciones negativas y saber elegir qué es lo bueno para él.
Liderazgo para padres
1. Estimular de la misma forma para que sean líderes
Reflexionen acerca de los distintos mensajes que le pueden estar enviando a su hija o hijo acerca de la ambición, el futuro éxito y el liderazgo. Los padres pueden legitimar los sueños más ambiciosos de una niña con reconocimiento y estímulo. Pregúntenle a su hija/o cómo cambiaría el mundo. Inviten a decirles lo que significa el liderazgo para ella/ él.
2. Sean consciente de la forma en que ustedes hablan
Tengan en cuenta cómo se comunican delante de su hijos/as y eviten utilizar evasivas o suavizar sus opiniones con descargos de responsabilidad o disculpas. También sean conscientes de cómo habla su hija/o.
3. Hogar equitativo
Su hogar es un poderoso salón de clases para sus hijos, intercambien las tareas. Si ciertos quehaceres reciben una asignación mayor, distribuyan dichos quehaceres de manera equitativa. Si ustedes terminan realizando los quehaceres en un intento de evitar otra ronda de quejas, tengan cuidado de no realizar el trabajo de un niño más que el del otro.
4. Enseñar a respetar sus sentimientos
Enséñenle a su hija/o a saber que está bien sentir lo que sea que sienta y hablar de ello. Es posible que no le agraden todos sus sentimientos, pero son una parte importante de su personalidad. De la misma manera que tenemos que cuidar nuestros cuerpos, también tenemos que cuidar nuestros sentimientos. Muéstrenle por medio de ejemplos: eviten negar, cuestionar o dudar de sus sentimientos con frases como “No es para tanto” o “No exageres”. A veces, tenemos que decir lo que pensamos simplemente para mostrar que creemos que debemos ser escuchados, incluso si el resultado no es el que esperábamos.
5. Reconozcan su influencia
Ser conscientes del poder de sus palabras y acciones ya que son importantes. Háganle saber que ustedes la/lo valoran por quién es ella/él por dentro.
6. Tomar el poder en los deportes y actividades organizados
Que forme parte de un equipo, el desarrollo de su capacidad atlética es solo una parte de lo que ella aprenderá allí. Aprovechen el campo de juego como si fuera un salón de clases donde su hijo/a aprenderá un conjunto invalorable de habilidades sociales y psicológicas. Si no está interesado/a en los deportes, ayúdenla a buscar otra actividad donde pueda ser parte de un equipo. Ya sea de debate, de música o de ajedrez, siempre hay un grupo para todos.
7. Dejen que resuelvan sus propios problemas
Cuando su hijo/o tenga un problema, hagan una pausa y pregunten: “¿Qué quieres hacer al respecto?”. Si responden “No lo sé”, ayúdenle a considerar las estrategias que podría usar para lidiar con la situación, y luego pregúntenle acerca de las posibles consecuencias. Permitan que decidan lo que quiere hacer (dentro de lo razonable). Brindar la oportunidad de que sea dueño/o de su decisión y aprenda la lección si no resulta como lo esperaba. La confianza que ustedes pongan en su capacidad para resolver problemas por sí misma construirá su propia confianza
La salud mental incluye nuestro bienestar emocional, psicológico y social. Afecta la forma en que pensamos, sentimos y actuamos cuando enfrentamos la vida. También ayuda a determinar cómo manejamos el estrés, nos relacionamos con los demás y tomamos decisiones. La salud mental es importante en todas las etapas de la vida, desde la niñez y la adolescencia hasta la adultez y la vejez.
La salud mental es motivo de nuestra atención y por una buena razón. Un cuerpo saludable puede prevenir ciertas enfermedades, como afecciones cardíacas y diabetes, y ayudarte a mantener tu independencia a medida que envejeces.
La salud mental es igual de importante que la salud física, y no hay que descuidarla. Incorporar ejercicios de destreza mental a su rutina diaria le brindará los beneficios de una mente lúcida y un cuerpo saludable en los años por venir.
La salud mental implica mantener la aptitud mental y la salud emocional en plena forma. No significa entrenarse para las Olimpiadas Matemáticas ni sobresalir en una evaluación de coeficiente intelectual. Abarca una serie de ejercicios que incentivan a lo siguiente:
-
Ir más despacio.
-
Liberar tensiones.
-
Estimular la memoria
“La inteligencia emocional es una forma de interactuar con el mundo que tiene muy en cuenta los sentimientos, y engloba habilidades tales como el control de los impulsos, la autoconciencia, la motivación, el entusiasmo, la perseverancia, la empatía, la agilidad mental. Ellas configuran rasgos de carácter como la autodisciplina, la compasión o el altruismo, que resultan indispensables para una buena y creativa adaptación social.” (Daniel Goleman).
-
Para identificar las oportunidades y crear un espacio seguro y cómodo que permita innovar, debemos cambiar el chip: apostar por transformar nuestra actitud en vista de que no podemos transformar la situación.
-
Esta nueva normalidad requiere que prioricemos el bienestar colectivo sobre el individual. Pensar “Si tú estás bien, yo estoy bien”, debe ser parte de nuestras creencias y nuestra manera de unirnos a otros para cuidar de todos.
-
“No importa lo que te pase, sino lo que haces con lo que te pase”. Gestionar nuestras emociones de forma responsable, al reconocer nuestras susceptibilidades, permite abordar la circunstancia de una mejor manera.
-
Es importante reconocer que antes del pensamiento viene la emoción. “Ningún proceso de pensamiento, decisión, análisis o acción se realiza sin antes pasar por la emoción”.
-
Por ello, asociar estas emociones a reacciones positivas (como el placer, el agrado, la alegría o la recompensa) facilitará comportamientos más estables, llenos de optimismo y solidaridad.
- Validar la experiencia emocional: escuchar a tu hijo y reconoce sus emociones
- Usa las emociones como oportunidad de conectar, aprender y enseñar
-Enfoca su energía emocional hacia la resolución del problema
-Aprende a marcar límites
-No invalides sus emociones
-No le mientas para evitar su reacción emocional
- No lo ignores
Nota: Si deseas informarte sobre estos tips ingresa en el siguiente link: https://ninosdeahora.tv/blog/el-manejo-de-las-emociones-con-los-ninos-y-jovenes-de-ahora/
Inteligencia Emocional
Tips para ayudar al manejo de emociones
Cómo gestionar adecuadamente las emociones
La influencia de las emociones en la psique humana es incuestionable. Gestionar las emociones ha sido clave para la evolución de la especie y, aunque a lo largo de nuestra evolución el cerebro se ha ido desarrollando en sistemas más complejos, hoy en día seguimos respondiendo emocionalmente.
A continuación, he agrupado en tres conceptos cómo puedes gestionar adecuadamente las emociones:
1. Acepta tanto las emociones positivas como las negativas
Existen emociones positivas como negativas. Pese a que algunas sean negativas, son fundamentales para nuestro bienestar, puesto que hacen que respondamos de la manera más conveniente ante una amenaza. El problema se da cuando evitamos estas emociones negativas, o cuando nuestras respuestas (físicas y cognitivas) no son proporcionadas o no corresponden a un peligro o amenaza real (por ejemplo, trastornos de ansiedad y fobias). En otras palabras, una afectividad plana (inexpresión afectiva) o una labilidad emocional (reacciones emocionales desproporcionadas) nos repercutirá a la hora de relacionarnos con nuestro entorno, dejándonos en una posición desfavorable a la hora de interpretarlo y tomar decisiones.
Por este motivo, comprender que tanto las emociones negativas como las positivas son necesarias y su función es ayudarnos, hará que las aceptemos con más naturalidad pudiendo observarlas, y, por consiguiente, canalizarlas más fácilmente.
2. Trata de ser más consciente de lo que sientes y piensas
Desarrollar nuestra introspección cuestionándonos lo que pensamos, lo que decimos, o lo que sentimos, nos ayudará a detectar creencias irracionales que no corresponden con la verdad, y por ende al no ser lógicas repercutirán en la canalización de las emociones y sentimientos.
3. Desarrolla tu inteligencia emocional
Estar en sintonía con nuestras emociones es la clave para desarrollar nuestra inteligencia emocional. Esto hará que tomemos las elecciones más adecuadas ante las situaciones o problemas que tengamos que afrontar.
-
Identifica tus estados emocionales y exprésalos
-
Escucha tus emociones, te ayudarán a focalizar la atención donde más hace falta
-
Compréndelas, dale un significado
-
Reflexiona sobre ellas, encuentra la información que te están proporcionando con el fin de poder regularlas
De esta manera tendremos la habilidad para supervisar y entender tanto nuestras emociones como las de los demás, usando dicha información para guiar nuestros sentimientos, y, por ende, nuestros comportamientos.
Libros para descargar